¡Sííííí! ¡A nosotros también nos gustan las calaveras! Y además, desde hace muchíiiiisimo tiempo. Y además nos gusta jugar y bailar con ellas. En este post os invitamos a daros una vuelta por nuestra mochila de calaveras. Seguro que hay muchas más, pero estas, nos provocan siempre que las vemos, una sonrisa. ¡Allá vamos!
Primero os enseñamos lo que se puede hacer con un troquel y unos gomets: sale toda un ejército de calaveras con las que entretenernos un buen rato.
Y después, os invitamos a jugar un rato con el editor de fotos pinkmonkey, que por ser las fechas que son, han añadido la versión de Halloween. Podéis convertiros en zombies, vampiros, pero desde aquí se recomienda la opción para convertirse en una calavera mejicana.
Buscando en nuestra memoria, nos encontramos con el gran Tim Burton. Experto en el mundo del más allá y en resucitar a los muertos, nos ha obsequiado con personajes entrañables, como Beetlejuice, La novia cadáver, o el perro Frankenweenie. Pero si hay alguna calavera que nos evoque a él, ese es Jack Skellington, el de Pesadillas antes de la Navidad.
Y como estamos en el tema de las calaveras, ¿qué serían de los piratas sin una buena bandera de calavera?
Y aquí, ¡como no!, nos tenemos que remitir a One Piece. Allí, además de encontramos un montón de banderas con su calavera personalizada, existe una personaje que se hace de querer, el músico Brook. Un esqueleto viviente que toca el violín y al que le gusta sentarse en una buena mesa aunque no tenga estómago
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Ahora ya, vamos a ponernos un poco serios y os vamos a enseñar el trabajo de Bussoga.
Aquí se puede encontrar cómo un elemento cotidiano como una batidora, se convierte en un dibujo caleidoscópico, o muchas cosas más, que sacadas de su contexto y de nuestro prejucicios, pueden abstraerse y convertirse en todo un muro de contemplaciones. Para muestra, un botón, el de las calaveras, de Josep Motas.
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