Érase una vez la araña LILA. LILA era una gran acróbata que saltaba, saltaba y saltaba. Su yaya siempre le decía que tuviera cuidado con las escaleras. “Lila, ¡¡no bajes saltaaaandoooo!! …¡dame la manooo! …¡ no bajes los escalones de tres en tres!”
Pero LILA no hacía mucho caso y decía: “Yaya, si no me caigo…”
Pero un día después de tres mil cuatrocientos cincuenta y seis saltos, novecientas volteretas y dos piruetas sin manos, se cayó. Hoy LILA ha estrenado dos cosas, una escayola en una pata y su hilo de seguridad. Y cada vez que su yaya le advierte de algún nuevo peligro hace como que no le hace caso…pero no es verdad 😉